Estoy leyendo dicha obra, y este fragmento que les comparto a continuación, me ha 'movido' bastante:
"IV La caída de Satanás y el dolor de Dios... ...La vida de Dios, como la del hombre, es tragedia. La creación, nacida de su voluntad amorosa de hacer participar a todas la creaturas en la alegría de su perfección fue causa a menudo de perdición. Él deseaba levantar, elevar y exaltar a las criaturas hasta aquellas cimas donde el no ser puede alcanzar el ser y tuvo que asistir a las renuncias, a las rebeliones, a las deserciones y a las caídas. Había creado un ángel más perfecto que los otros , el más próximo y más semejante de todos a Él y aquel ángel cayó. Había creado en el edén de la tierra un ser maravilloso, modelado por sus propias manos, animado por su propio aliento, dotado de una conciencia y de una ciencia y también el hombre cayó.
La más divina creatura celeste se levantó contra Dios; la más divina creatura terrestre, desobedeció a Dios. A una y a otra no había podido nefarles el privilegio de la libertad, distintivo de la semejanza deseada entre el artífice y sus obras maestras, pero una y otra creatura usaron de la libertad para romper y negar aquella semejanza. La perfección dió origen al pecado, la alegría tuvo por consecuencia la condena y la luz tuvo como respuesta la ofensa de las tinieblas. De pensar en esto cabe preguntar: ¿es que ha habido nunca en el universo y en el infinito tragedia más espantosamente trágica que esta dialéctica de la libertad?
Todos han encontrado sumamente justa la condena de Satanás. Pero hasta ahora ¿Ha habido nadie que haya pensado que esta condena ha sido al mismo tiempo condena de Dios al dolor? El castigo de Lucifer se convirtió en seguida, en distinta forma, en el castigo de Dios.
Dios no podía sustraerse a una ley que Él mismo dejó inmanente en todo acto de justicia: ningún juez pued inflingir una pena sin tomar sobre sí una pena equivalente a la señalada en su sentencia. El justo es tanto más justo cuanto acepta pagar también él por el culpable.
Lucifer fue condenado justamente a la pena más atroz; a la de no poder amar. Dios está condenado a una pena casi tan cruel: amar sin ser amado, sufre con el solo pensamiento de aquella tortura por Él querida..."
Os la dejo para su reflexión; Papini tiene en su obra interesantes hipótesis, algunas de las cuales no son aprobadas por la iglesia católica, e incluso algunas de ellas pueden adolecer de validez en su lógica, pero hay mucho de rescatable en su obra, incluyendo que hace un recuento de las diversas hipótesis que se han construido a lo largo de la historia, sobre la caida del diablo.