martes, 6 de enero de 2009

Mi reflexión de cara al próximo encuentro Internacional de las Familias

¿Han leído “Un mundo feliz” de Aldous Huxley? En esta obra se describe una sociedad aparentemente perfecta, controlada totalmente por el estado, donde los individuos son criados por el mismo en centros especiales y donde el concepto de familia no existe. Cada ser es sometido a un criotratamiento específico que se prolonga hasta sus primeros años de vida, con la finalidad de modificar la naturaleza de cada individuo, encausándola a un fin específico en aras de las necesidades públicas. Así, algunos estarán preparados para vivir en lugares sumamente cálidos, aptos para trabajos pesados, como las minas; otros serán acondicionados para puestos de mando en las grandes urbes y así sucesivamente. Esto que fue escrito hace un siglo, de forma visionaria por el escritor ingles hoy considerado uno de los líderes del pensamiento moderno, parece que se convierte poco a poco en realidad de forma inexorable. Cada día es más frecuente encontrar no sólo personas divorciadas, sino parejas que aunque momentáneamente comparten un proyecto de vida, huyen a toda costa el matrimonio, prefiriendo la “unión libre”. Así mismo es común encontrar personas solteras que viven solas, es decir, que se han separado del núcleo familiar; que se han independizado. Los medios de comunicación juegan un papel muy importante en la difusión de esta pseudocultura laissez-faire al difundir la falta de compromiso en la vida privada de las personas públicas (medio del espectáculo) y por lo tanto “poner de moda” este estilo de vida. Rumbo al VI encuentro Internacional de las Familias, es importante reflexionar y echar un vistazo a la historia: No sólo en el ámbito religioso sino incluso en el antropológico-social, diversos autores destacados han ponderado la importancia de la familia como Célula social. Basta revisar la obra clásica de Marx y Engels: El origen de la familia, la propiedad privada y el estado. Es difícil desmentir que al seno de la familia se desarrolla la formación de valores cívicos y éticos indispensables para la permanencia de la armonía social, además de estar comprobado por múltiples estudios científicos que el desarrollo integral del individuo requiere del ámbito familiar para su materialización, por ser el hombre un ser eminentemente social y emocional. Habría que replantearse los patrones inconscientes de pensamiento con que vivimos; es necesario modificar la actual conciencia colectiva, y revalorar la importancia de la familia como base del modelo social si queremos lograr una sociedad próspera, pacífica y feliz. Decir que los actuales modelos de desarrollo económico no son compatibles con un modelo social organizado a partir de la familia es muy cierto; pero no creo que sea la familia el problema, creo que hay que revisar si los actuales modelos económicos realmente están llevando a la felicidad a los seres humanos de las naciones. Lo dudo mucho. Abogo más por modelos basados en el desarrollo regional que en los de las macroregiones. La globalización puede darse sin necesidad de asesinar culturas y familias, sólo hay que cambiar esquemas políticos de conceptualización de soberanía y las políticas públicas. De que es posible no debe haber duda: Solo hay que recordar que militarmente los romanos conquistaron a los griegos, pero culturalmente estos últimos conquistaron a los primeros. Ahora bien, creo que sería mejor aun si el hombre se preocupara más por su desarrollo espiritual que material, por las conquistas internas que externas; y aclaro que no estoy hablando de religión. Podria vivirse en la anarquía que soñaba Huxley si cada cual hiciera lo que tiene que hacer (Parece definitivamente utópico, lo sé), pero como el hombre no hace lo que debe hacer, es necesario sostener medios externos de control, y creo que uno fundamental es la familia. Por experiencia profesional puedo aseverar que en los lugares donde abunda la criminalidad, es precisamente donde el núcleo familiar se encuentra desintegrado; y también he constatado que al enmendar el nucleo familiar se modifica positivamente el entorno social. Invito a la reflexión del tema para lo cual los dejo con dos ideas muy bellas; La primera es el lema de la organización Rosario en Familia: “La familia que reza unida permanece unida”. La segunda es un bello cuestionamiento que apareció en la hoja Parroquial de la Arquidiócesis de Guadalajara (No. 1, LA Epifanía del Señor, 4 de Enero de 2009, página 4, El Significado, párrafo 5, 6): “¿Somos como aquella Jerusalén, ((conocedora de las escrituras)), pero incapaz de reconocer y menos de seguir el camino de la Luz de Cristo? O ¿somos como los Magos de Oriente, en búsqueda siempre de la verdad y dispuestos siempre a poner en camino hacia Jesús, Rey y Señor de la historia?.” Que tengan un muy feliz año nuevo, lleno de bendiciones, abundancia y amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

stimada Marina, aunque como tomando yo el papel de San Pedro cuando dijo de San Pablo que escribía muy elevado, pasa contigo así, pero bueno, algo entiendo de lo que has escrito y me parece que tienes la razón. En el primer Congreso del Santo Rosario el Señor Cardenal Don Juan Sandoval Iñiguez decía, si la Familia se convierte, el mundo se salva. Que quiere decir esto. A caso la humanidad se dirige hacia un presipicio como segado por la neblina de la cultura de la muerte. Pues si. Porque de la Familia resultan las grandes personalidades buenas como Jesús o Malas como Hitler, según hayan vivido en Familia absorviendo lo que en ella experimentaban. Claro que también hay excepciones de personas que han sobrevivido a una familia disfuncional, pero son muy pocos. La Familia donde se cultivan los valores que se van aprendiendo y poniendo en practica desde la infancia es muy importante para un cambio radical en la sociedad y para un mundo mejor. Atinado es que luchemos por promover la unión familiar, la educación en la Familia en todos los aspectos y el respeto a la individualidad como ser único e irrepetible creado por Dios a su imagen y semejanza para encontrar el papel que tienemos cada uno en nuestra Familia y en la Sociedad.