Por: MAREA ALTA
1. Genera una Marca.
Hoy en día, la gente prefiere ser consumidor de una marca, más que de una calidad real. Las marcas generan confianza y una idea inconsciente de seguridad en la psique del consumidor. Quizá el producto que respalda tu marca tenga una calidad similar en términos de beneficio a la de otros muchos productores que no tienen el respaldo de una gran marca. Talvés tu producto sea incluso más costoso, y sin embargo, está comprobado que la gran mayoría preferirá tu producto. ¿A que se debe esto? Principalmente al plus que obtienen al preferir tu producto. En primer término, está el Estatus: todo el mundo desea sentirse aceptado, incluido dentro de cierto círculo o categoría social, pues eso satisface el sentido de pertenencia, necesidad psicosocial indispensable en cada individuo, y ser consumidor de una marca, implica pertenecer a un grupo determinado[1]. En segundo término, podemos hablar de conveniencia: Un producto de marca es fácilmente localizable, es decir se puede obtener con inmediatez pues por lo general se encuentra en la gran mayoría de almacenes reconocidos y corta distancias de nuestro domicilio. Esto además da otras ventajas, como posibilidad de obtener a crédito, atención personalizada y soporte respecto del producto, garantía, etc., que difícilmente se obtiene en la tienda de la esquina o en el tianguis local. En tercer término, y esto, podríamos decir, es más ventaja (económicamente hablando) para el comercializador que para el consumidor, es más fácil recordar una Marca, que un producto genérico o de marca simple cualquiera, precisamente porque va ligado a una IMAGEN que se graba en el consumidor a través del estímulo de emociones que genera la publicidad determinada.
Finalmente podemos hablar de otra serie de ventajas, como por ejemplo, el hecho de que las marcas consolidadas, al producir en gran volumen sus productos a diferencia de los pequeños productores, les permite reducir considerablemente sus costos de producción, distribución, etc. Sin embargo, y esto es INDISPENSABLE y en gran medida pauta del éxito de la consolidación de una marca, es necesario invertir considerablemente en la generación y sostenimiento de una imagen, de forma constante. Es decir, invertir en PUBLICIDAD. ¿Porqué marcas consolidadas a nivel mundial como por ejemplo, el refresco más famoso del mundo o la marca más prestigiada de joyería y relojería invierten constantemente en publicidad? Seguramente aún cuando usted dejara de ver publicidad de ese refresco, seguiría consumiéndolo y prefiriéndolo, pues está plenamente convencido de que necesita ese producto y lo seguirá estando al menos por un tiempo. Pero el ser humano, determina sus necesidades por emociones. Necesita ser estimulado constantemente en sus emociones para lograr que haga tal o cual cosa. Es la finalidad de la publicidad. Usted no compra un seguro de vida, compra la posibilidad de dormir tranquilo sabiendo que su familia está protegida. No compra un refresco, compra la felicidad que le inspira ese refresco. No compra un desodorante, sino la posibilidad de ser más atractivo al sexo opuesto. Compramos emociones. Vendemos emociones. No lo olvide. La publicidad satisface esa constante necesidad de emociones en el consumidor, y también la necesidad de novedad, elemento indispensable para mantener interesado a cualquier individuo respecto de cualquier cosa en la vida. Esto implica renovar constantemente la imagen. Y por ello es importante aprender a valorar la ayuda que nos da al respecto el especialista. Esa es otra cuestión muy importante en la conformación de una marca. Las marcas son sostenidas por empresas que realmente valoran la necesidad de invertir en especialistas[2] Saben que es necesario comprar servicios, no solo productos. Pagan grandes sumas por asesoría en imagen, publicidad, diseño, mercadeo, etc. Gran parte del costo de producción de un elemento de consumo de marca, lo conforma los gastos de publicidad y asesoría de diseño de imagen y mercadeo. Pero construir una marca requiere más que publicidad e imagen. Existe un principio invariable: A mayor emoción, menor inteligencia. Es el consumidor quien debe ser activado en sus emociones, no el empresario. El empresario debe ser frío, objetivo. No basta el ímpetu por construir una empresa e invertir millones en publicidad. Estudie primero el mercado. El empresario debe ser tan sagaz que sepa que hay momentos en los que debe ser cauteloso y momentos en los que debe correr riesgos. La experiencia que adquiera le mostrará que incluso los riesgos deben contar con cierto soporte.
Y dado que usted no puede hacer solo el trabajo, es importante contar con un equipo de trabajo de confianza. Contrate solo a los mejores y págueles bien. Sea exigente. Genere sentido de pertenencia en su personal. Haga que su propio personal sienta la necesidad de su producto. Eso los hará menos susceptibles a la traición.
Generar una marca requiere tiempo, inversión, conocimiento especializado (que usted deberá contratar) y hasta cierta intuición. Pero vale la pena, lo verá cuando comience a cosechar frutos.
2. Franquicie su marca.
El negocio del momento y del futuro, es la franquicia. Cuando su marca esté consolidada, comience a ofrecer franquicias de su producto. Esto es seguro para usted y para el franquiciatario. A el le da la oportunidad de tener el respaldo de una marca, sin tener que comenzar de cero. A usted, la posibilidad de seguir percibiendo jugosas ganancias; incrementar su fortuna exponencialmente, sin tener que atender personalmente cada negocio y reduciendo al máximo sus gastos de operación, pues la mayoría de estos (luz, teléfono, personal, etc.) por lo general son absorbidos por quienes obtienen las franquicias. Es el precio de tener un negocio con grandes probabilidades de éxito.
3. Vigile su negocio.
Genere mecanismos que le permitan monitorear a sus franquiciatarios. Asegúrese que todos y cada uno de ellos cumpla con los estándares de calidad que usted implantó. Muchas veces el producto no es realmente bueno, pero la calidad del servicio lo es, y eso es lo que la gente hace que siga consumiendo. Al final, la verdadera ventaja que podemos tener respecto de otras marcas del mercado, es la calidad en el servicio. Cuide ese detalle vital, asegúrese que cada franquiciatario suyo cumpla con los lineamientos de calidad. De otra forma, poco a poco se irá arruinando el trabajo construido por usted: El sentimiento de fiabilidad de su marca, y su negocio podría verse arruinado. Por lo general las marcas franquiciadas exigen a sus franquiciatarios el cumplimiento constante de ciertos requisitos al respecto para poder continuar explotando la marca, so pena de perder la concesión. Eso es un bueno elemento de la negociación. La realidad es que materialmente no existe siempre un buen control y vigilancia al respecto. Lo he visto infinidad de veces. Personalmente me generan el disgusto con la marca y termino buscando otras opciones.
[1] Para mayor información al respecto, Ver: MORRIS, Desmon. El Zoo Humano. ED. Pág…
[2] Ver: KIYOSAKY, Robert. Padre Rico, Padre Pobre. Editorial, pág.
Hoy en día, la gente prefiere ser consumidor de una marca, más que de una calidad real. Las marcas generan confianza y una idea inconsciente de seguridad en la psique del consumidor. Quizá el producto que respalda tu marca tenga una calidad similar en términos de beneficio a la de otros muchos productores que no tienen el respaldo de una gran marca. Talvés tu producto sea incluso más costoso, y sin embargo, está comprobado que la gran mayoría preferirá tu producto. ¿A que se debe esto? Principalmente al plus que obtienen al preferir tu producto. En primer término, está el Estatus: todo el mundo desea sentirse aceptado, incluido dentro de cierto círculo o categoría social, pues eso satisface el sentido de pertenencia, necesidad psicosocial indispensable en cada individuo, y ser consumidor de una marca, implica pertenecer a un grupo determinado[1]. En segundo término, podemos hablar de conveniencia: Un producto de marca es fácilmente localizable, es decir se puede obtener con inmediatez pues por lo general se encuentra en la gran mayoría de almacenes reconocidos y corta distancias de nuestro domicilio. Esto además da otras ventajas, como posibilidad de obtener a crédito, atención personalizada y soporte respecto del producto, garantía, etc., que difícilmente se obtiene en la tienda de la esquina o en el tianguis local. En tercer término, y esto, podríamos decir, es más ventaja (económicamente hablando) para el comercializador que para el consumidor, es más fácil recordar una Marca, que un producto genérico o de marca simple cualquiera, precisamente porque va ligado a una IMAGEN que se graba en el consumidor a través del estímulo de emociones que genera la publicidad determinada.
Finalmente podemos hablar de otra serie de ventajas, como por ejemplo, el hecho de que las marcas consolidadas, al producir en gran volumen sus productos a diferencia de los pequeños productores, les permite reducir considerablemente sus costos de producción, distribución, etc. Sin embargo, y esto es INDISPENSABLE y en gran medida pauta del éxito de la consolidación de una marca, es necesario invertir considerablemente en la generación y sostenimiento de una imagen, de forma constante. Es decir, invertir en PUBLICIDAD. ¿Porqué marcas consolidadas a nivel mundial como por ejemplo, el refresco más famoso del mundo o la marca más prestigiada de joyería y relojería invierten constantemente en publicidad? Seguramente aún cuando usted dejara de ver publicidad de ese refresco, seguiría consumiéndolo y prefiriéndolo, pues está plenamente convencido de que necesita ese producto y lo seguirá estando al menos por un tiempo. Pero el ser humano, determina sus necesidades por emociones. Necesita ser estimulado constantemente en sus emociones para lograr que haga tal o cual cosa. Es la finalidad de la publicidad. Usted no compra un seguro de vida, compra la posibilidad de dormir tranquilo sabiendo que su familia está protegida. No compra un refresco, compra la felicidad que le inspira ese refresco. No compra un desodorante, sino la posibilidad de ser más atractivo al sexo opuesto. Compramos emociones. Vendemos emociones. No lo olvide. La publicidad satisface esa constante necesidad de emociones en el consumidor, y también la necesidad de novedad, elemento indispensable para mantener interesado a cualquier individuo respecto de cualquier cosa en la vida. Esto implica renovar constantemente la imagen. Y por ello es importante aprender a valorar la ayuda que nos da al respecto el especialista. Esa es otra cuestión muy importante en la conformación de una marca. Las marcas son sostenidas por empresas que realmente valoran la necesidad de invertir en especialistas[2] Saben que es necesario comprar servicios, no solo productos. Pagan grandes sumas por asesoría en imagen, publicidad, diseño, mercadeo, etc. Gran parte del costo de producción de un elemento de consumo de marca, lo conforma los gastos de publicidad y asesoría de diseño de imagen y mercadeo. Pero construir una marca requiere más que publicidad e imagen. Existe un principio invariable: A mayor emoción, menor inteligencia. Es el consumidor quien debe ser activado en sus emociones, no el empresario. El empresario debe ser frío, objetivo. No basta el ímpetu por construir una empresa e invertir millones en publicidad. Estudie primero el mercado. El empresario debe ser tan sagaz que sepa que hay momentos en los que debe ser cauteloso y momentos en los que debe correr riesgos. La experiencia que adquiera le mostrará que incluso los riesgos deben contar con cierto soporte.
Y dado que usted no puede hacer solo el trabajo, es importante contar con un equipo de trabajo de confianza. Contrate solo a los mejores y págueles bien. Sea exigente. Genere sentido de pertenencia en su personal. Haga que su propio personal sienta la necesidad de su producto. Eso los hará menos susceptibles a la traición.
Generar una marca requiere tiempo, inversión, conocimiento especializado (que usted deberá contratar) y hasta cierta intuición. Pero vale la pena, lo verá cuando comience a cosechar frutos.
2. Franquicie su marca.
El negocio del momento y del futuro, es la franquicia. Cuando su marca esté consolidada, comience a ofrecer franquicias de su producto. Esto es seguro para usted y para el franquiciatario. A el le da la oportunidad de tener el respaldo de una marca, sin tener que comenzar de cero. A usted, la posibilidad de seguir percibiendo jugosas ganancias; incrementar su fortuna exponencialmente, sin tener que atender personalmente cada negocio y reduciendo al máximo sus gastos de operación, pues la mayoría de estos (luz, teléfono, personal, etc.) por lo general son absorbidos por quienes obtienen las franquicias. Es el precio de tener un negocio con grandes probabilidades de éxito.
3. Vigile su negocio.
Genere mecanismos que le permitan monitorear a sus franquiciatarios. Asegúrese que todos y cada uno de ellos cumpla con los estándares de calidad que usted implantó. Muchas veces el producto no es realmente bueno, pero la calidad del servicio lo es, y eso es lo que la gente hace que siga consumiendo. Al final, la verdadera ventaja que podemos tener respecto de otras marcas del mercado, es la calidad en el servicio. Cuide ese detalle vital, asegúrese que cada franquiciatario suyo cumpla con los lineamientos de calidad. De otra forma, poco a poco se irá arruinando el trabajo construido por usted: El sentimiento de fiabilidad de su marca, y su negocio podría verse arruinado. Por lo general las marcas franquiciadas exigen a sus franquiciatarios el cumplimiento constante de ciertos requisitos al respecto para poder continuar explotando la marca, so pena de perder la concesión. Eso es un bueno elemento de la negociación. La realidad es que materialmente no existe siempre un buen control y vigilancia al respecto. Lo he visto infinidad de veces. Personalmente me generan el disgusto con la marca y termino buscando otras opciones.
[1] Para mayor información al respecto, Ver: MORRIS, Desmon. El Zoo Humano. ED. Pág…
[2] Ver: KIYOSAKY, Robert. Padre Rico, Padre Pobre. Editorial, pág.
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